febrero 26, 2009

La Soledad


Maldito y adorado sentir de la soledad, que se empeña en ser la compañia perfecta y eterna. Agridulce...tierna, aunque suele ser mas agria que bella.

Cálida complice de lagrimas que conocen el mejor camino para perecer,
camino que mojan nuestros pechos y nuestras almas, solo para despertar una falsa calma.

Rincón oscuro de mi habitación, colchon húmedo de pasión,
huellas imborrables en la memoria que insisten en recordar historias ficticias.

Perfume perenne en mi piel, ruega por tu nombre una y otra vez.
Deseos ahogados en maldiciones vacias... Así es ella, la soledad. Aquella compañera bella negada a olvidarnos, a dejarnos ser...

Ella es mi obseción. Yo soy su amor.

Simplemente el resultado ilógico de sumandos perfectos
que concluyen en besos de consuelo.

2 comentarios:

Cheluca dijo...

Los besos no deberían servir como consuelo sino como premio

Anónimo dijo...

Y como el mejor de los premios

http:/peloterazo.wordpress.com